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Como echar al pesado de tu hijo de casa

Como echar al pesado de tu hijo de casa

La vedad es que se vive muy bien bajo las faldas de mama y papa, la comida esta siempre a su hora, mágicamente la ropa que ha dejado tirada en la habitación aparece lavada y planchada encima de la cama, la cama esta siempre hecha, como si unos gnomos estuvieran esperando que el chiquitín de la familia, (de entre 25 y 50 años) se levantara para poder hacérsela, y un sinfín de cosas más que haces por él y él ni se entera.

¿Ya estáis hartos verdad? Pues existen varias fórmulas para quitaros esa carga de encima y poder disfrutar de todos esos momentos que perdéis por él, esa persona sana, con dos manos y dos pies y listo como el hambre para lo que le interesa, se acabó el, mama donde está…, de paso que vas a…, papa dame para.., podrías dejarme… y un largo etc..,

Una muy buena opción es comprar o alquilar un piso e invitarle a que se vaya, esta es la solución más sencilla puesto que no genera disgustos ni contrariedades, por lo general él se ira muy a gusto a su nueva vida y a su nuevo hogar, se pueden llegar a varias fórmulas según el poder adquisitivo de la familia, desde pagarle varios meses, o incluso un año, a comprar una casa de dejarlo como inquilino, te servirá de inversión y te quitaras ese problema de encima.

Otra opción es cortarle los privilegios poco a poco, que el vea que no manda en casa, que el dinero se lo tiene que ganar, que es uno más para ayudar, hay que darle una serie de tareas en las que él sea el responsable y cumpla adecuadamente con ellas, tales como comprar, mantener la casa limpia, tirar la basura, etc., esto le servirá para toda la vida, él no es el dueño del mando a distancia, ni del salón, ni del cuarto de baño, hay que hacerle partícipe y sabedor de los gastos de la casa.

Según la psicología evolutiva la infancia se caracteriza por la dependencia de los hijos. La adolescencia (13 a 19 años) y la primera juventud (20 a 25 años) están marcadas por la antidependencia, los hijos desarrollan su identidad y se preparan para salir de casa. Alrededor de los 26 años se entra en la adultez, es el momento de tener un proyecto profesional y crear la propia familia.

¿Puedes echar a un ni ni de casa?

El padre puede decidir cesar en el mantenimiento de su hijo aunque este no tenga una independencia económica cuando el hijo muestra una mala conducta y refleja con sus actos no tener intención de lograr independencia económica. Es decir, si el hijo ni estudia ni trabaja, porque no quiere, los padres no tienen obligación de mantenerlo. Ponerle la maleta en la puerta es legal. Así lo señala Ana Teresa Sancho, del bufete Sancho Gómez, experta en derecho de familia

¿Piensa que siempre son más importantes las necesidades de sus hijos que las suyas? Quizá ha llegado el momento de reconocer que como madre (o padre) también ha jugado un importante papel en el problema.

Cree responsabilidades. Su hijo debe tener obligaciones. Si su vida fácil desaparece comenzará a actuar como adulto responsable.

Delegue. Haga una lista de tareas a delegar en su hijo. Pregúntese: ¿es necesario que lo haga yo?

Pierda el miedo al ¡no! Empiece a decir “hoy no puedo”. Practique en casa decir no en voz alta, se sentirá un poco culpable pero ¡pasará!

Use el lenguaje personal. Aprenda a decir “lo que yo quiero” frente a “lo que tengo que hacer”. Puede elegir satisfacer o no las necesidades de su hijo, ¡el amor no está en juego!

Reglas en su hogar. Hasta que no pague todos los gastos de la casa, usted es quien establece las reglas.

Bríndele comprensión, no lástima. Si su hijo tiene una situación difícil no le tenga lástima; hágale saber que tiene los recursos para encontrar soluciones.

No sea su patrocinador. Si el dinero desaparece su hijo se verá obligado a buscar trabajo. ¡No se sienta culpable, es lo mejor que su hijo puede hacer por su libertad!

Es una ardua tarea y puede hacer que te entre el  síndrome de nido vacío, pero es ley de vida, ellos tiene que abandonar el nido y tú tienes que empezar a vivir el resto de tu vida, te mereces salir, vivir los fines de semana, ir de vacaciones, planear tu jubilación, ese viaje que solo haces que posponer, etc.